LA AGROECOLOGÍA 

Asentada en los principios ecológicos en la agricultura, término que investigadores/as utilizan desde la década de 1920 con el objetivo de optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, teniendo en cuenta al mismo tiempo los aspectos sociales que deben abordarse para lograr un sistema alimentario justo y sostenible.

Desde su nacimiento, la necesidad de un enfoque múltiple que hace gala de una visión holística integrando ideas y métodos de varias disciplinas; muy en la línea de la Teoría General de Sistemas que el biólogo y filósofo austriaco Ludwig von Bertalanffy (1901-1972) desarrolló, en los años veinte del pasado siglo, para las ciencias biológicas.

La agroecología en Kurandana se vertebra en 7 ejes fundamentales:
Fomentamos lo local. Los productores locales y sus buenas praxis junto con los consumidores, no corporaciones, deben tener el control de la cadena alimenticia y determinar cómo se producen esos alimentos.
Valorización de la vida rural. La agroecología logra el desarrollo y la sostenibilidad del medio rural y la lucha contra la pobreza porque garantiza un medio de vida seguro, estable, saludable y viable a nivel financiero.
Producción inteligente. La agroecología como puesta en valor de los saberes locales, revalorización de la cultura rural ecológica que respeta los ciclos de la naturaleza. Así los/as agricultores/as pueden lograr mayor autonomía, estabilidad financiera y ampliar su margen de ganancia respetando la naturaleza.
Biodiversidad. La agroecología se basa en la propia biodiversidad que cada territorio genera desde la semilla, la fauna hasta el paisaje. Favorece así el equilibrio de la naturaleza y la variedad en la dieta de la población, además del respeto en la cadena alimenticia biológica.
Protección ecológica contra las plagas. La agroecología busca el equilibrio de los ecosistemas, sin el uso de agrotóxicos ante el control de las plagas, de forma natural, es la propia naturaleza la que aporta soluciones orgánicas y ecológicas contra las plagas.
Suelos sanos. Los cultivos ecológicos aumentan la fertilidad del suelo al no utilizar agrotóxicos y al mismo tiempo los protege de la erosión, la contaminación y la acidificación.
Sistemas alimentarios resilientes. La agricultura ecológica construye ecosistemas productivos con capacidad para adaptarse a las crisis climáticas y económicas. Y a su vez, mejora la salud medioambiental del territorio, beneficiándose tanto la flora como la fauna y repercutiendo directamente en la salud humana y el bienestar que genera en toda una sociedad que se ve beneficiada gracias a la agroecología.

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